Peeling químico

Los peelings son técnicas de exfoliación mediante la aplicación de diversas sustancias (generalmente ácidos) sobre la piel. El objetivo principal de estos tratamientos es lograr la renovación de las distintas capas de la piel, y así obtener una mejoría visible y palpable del aspecto general del rostro, al aumentar el brillo, unificar el tono y suavizar la textura.

Las indicaciones más frecuentes son envejecimiento facial (arrugas finas), pigmentaciones (manchas), acné y sus secuelas, seborrea, daño producido por la excesiva exposición solar, etc. También es de utilidad en la preparación de la cirugía facial (lifting) o como complemento de ella, pero no la reemplaza.

En base al problema a tratar, se elegirá el producto utilizado y la frecuencia de los peelings (cada 15 días a 1 mes). Generalmente se realizan en épocas de poco sol, pero existen peelings que pueden realizarse en verano.